18/10/15

El niño y los blancos

Los españoles preferían enfrentarse al diablo en cualquiera de sus formas que a este bucanero.

John Steinbeck, en La taza de oro

¿Tú conoces nuestra historia?

El niño no tiene más de diez años y me parece espabilado y curioso. Cuando llego a esta pequeña escuela de primaria en el poblado de Sherwood pueblo natal de Usain Bolt, las nubes ya han rasgado el cielo, así que solo queda esperar que su fertilidad caiga sobre el campo y nuestras cabezas. Pero en ese breve tiempo, el pequeño se pega a mí. Y yo a él.

¿Y la historia de tu país?

Mientras el resto de compañeros corretea por las lomas y juega con una pelota, él se queda y me lanza preguntas cortas pero contundentes. Le respondo que algo, y él me dice que los españoles estuvieron en esta isla, que la conquistaron, pero que luego vinieron los ingleses, estuvieron hasta hace medio siglo.

En Jamaica hay un un fuerte hábito, consagrado y reforzado en una historia de cinco siglos: una población mayoritaria y abrumadoramente negra (no exagero si digo que no he visto ni siquiera un habitante blanco) que nunca tuvo el poder. Incluso hoy, medio siglo después de su independencia -me dicen-, las entretelas del poder están dirigidad “por sirios, judíos e ingleses”.

El otro día, en mitad del Día de la Hispanidad, quiso el azar que estuviera entrevistando a Verene Shepherd, presidenta de la Comisión Nacional de Reparaciones, un grupo encargado por el gobierno y que analiza los destrozos en la sociedad y el subdesarrollo causado por una larga colonización. Sin recordarlo, ella me dijo que era el día de España, y le dije que sí, y entonces le pregunté lo que significaba para ella. “¿Qué va a pensar cualquier persona que viva a este lado del océano?”, respondió. Y siguió: “España comenzó lo que nos trajo a los negros aquí como esclavos”. Jamaica recibió un millón y medio de africanos a trabajar el azúcar. Fueron arrancados por los ingleses de sus tierras.

El niño de la escuela de Sherwood, como un incómodo recuerdo que le habrán inyectado, vio a uno de los pocos blancos que se asomarán por los valles interiores de Jamaica. Y tenia la necesidad de preguntar, con total ingenuidad, si un blanco -aquí vas por la calle y se refieren a ti como white man-sabía lo que los blancos habían hecho en este país.

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